A fines del siglo IX, en contexto de un cambio productivo por el nacimiento de la química de síntesis, se abría una nueva posibilidad: las “patentes industriales”, beneficiosas para la economía de quien tuviera el poder sobre estos productos (hasta el momento solo existían “Marcas Registradas” que no eran más que una garantía de calidad y propaganda).Hensel fue perseguido y difamado ya que sus propuestas agronómicas iban en contra de los intereses de la renaciente industria química alemana. Trabajando con agricultores e investigando con grupos de científicos que lo apoyaban desarrollaron un método de producción, sin la utilización de fertilizantes patentados que empobrecían al campo, a la gente y al suelo.
En sus libros demuestra la falsedad en la práctica de “La Ley del mínimo” y mediante el estudio químico del metabolismo de las plantas explica como una fertilización a base de nitrógeno soluble, fósforo y potasio (N, P, K) atrae plagas y enferma a la población y animales, comprueba que en cambio fertilizando a base de polvos de roca que contienen todos los minerales necesarios, imitando el proceso geológico de formación de suelos, se fortalecen las plantas, se mejora el suelo y la población del campogana independencia.
No sabría decir si es o no sorprendente lo actual que resulta toda esta situación, las mismas relaciones de poder se perpetuaron hasta hoy día. Resulta indispensable informarse y conocer la historia, por eso es que hoy compartimos virtualmente el libro: “Panes de piedra” de Julius Hensel, más una contextualización histórica y una recopilación de escritos de esa época que hace Jairo Restrepo en su libro: “Manual Práctico de Agricultura Orgánica y Panes de Piedra”.
Que lo disfruten,
@ Colectivo volveralatierra.